..... Alicia vio alejarse al conejo blanco, y le siguió lo más rápido que pudo, hasta torcer una esquina. Entonces se encontró en medio de una habitación llena de puertas. El techo era muy bajo y había una mesa de cristal con una llave de oro encima.
Vaya - pensó Alicia - seguro que esta llave abre alguna de las puertas.
Y empezó a probar las llaves hasta intentarlo con la última puerta, la más pequeña.
¡Esta es !! - gritó muy entusiasmada Alicia.